Hoy en día, los problemas ambientales a nivel mundial, son lo suficientemente alarmantes como para que todos tengamos una iniciativa con el fin de mejorar la situación del planeta. Y sobre todo aquellos que tienen mayor poder de acción frente a éstos, son los que deberían actuar más rápidamente; pero ya que son la minoría, y es probable que no les interese mucho, deberíamos comenzar por mirar lo que está más cercano a nosotros, debido a que es un tema que nos compete a todos y cada uno de nosotros.
Todos los días vemos por las calles papeles, vidrios, comida, una infinidad de desechos que nosotros mismos hemos tirado. Sin embargo seguimos caminando como si nada pasara, como si eso no fuese nuestro y fuese trabajo o culpa de otro, y seguimos tranquilos en lo que estábamos (yendo al liceo, al trabajo, al club, etc.); pero no nos detenemos un segundo a pensar; sí lo hacemos en el momento de quejarnos de lo sucias que están las calles, responsabilizando indistintamente a la Intendencia, Centros Comunales, Entes Públicos y a otros Organismos del Estado, señalándoles sobre sus deberes y obligaciones para con la ciudad y sus habitantes.
Si bien es cierto, que en nuestra sociedad, gran parte de la responsabilidad de la limpieza de la ciudad recae sobre el Estado, los principales agentes contaminantes somos nosotros mismos, quienes nos desprendemos irresponsablemente de nuestros deshechos hogareños o personales en cualquier circunstancia o lugar público. Asimismo, la industria en su conjunto (omitiendo Decretos y reglamentaciones al respecto), las distintas fábricas y empresas, centros hospitalarios, etc., no coadyuvan al mantenimiento y protección del Medio Ambiente.
La solución debe pasar indefectiblemente por la concientización de todos los ciudadanos en su conjunto, más allá del lugar circunstancial que ocupe en la sociedad.
En nuestro país las normativas con respecto al medio ambiente existen y desde hace mucho tiempo atrás. El problema se ha transformado en un círculo vicioso sin solución de continuidad: el no haberse implementado en su momento –con la exigencia debida-planes educacionales que apostaran al mantenimiento y mejora del Medio Ambiente (poniendo un énfasis especial en las consecuencias sanitarias de no practicarse el mismo), junto a la notoria falta de control de las obligaciones exigidas y a una política permisiva en grado sumo (en cuanto a establecer las multas correspondientes) aduciendo –una y otra vez- la falta de recursos humanos y económicos para llevarlas a cabo, provocan el estado de situación actual: domina el libre albedrío; pero es en este punto que no debemos perder de vista un dato inequívoco de la Naturaleza: nos va quedando solo un Medio Ambiente, la otra mitad ya la destruimos entre todos.
Incluso, todos los habitantes de Montevideo construyeron - sin saberlo y día a día- un “tercer cerro” hecho de residuos. El mismo se encuentra en la mencionada Usina de Disposición Final de Residuos Felipe Cardoso –al norte del barrio Malvín-, al que van a parar los residuos de todos y cada uno de los montevideanos.
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Usina de Disposición Final de Residuos Felipe Cardoso
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Ahí, durante todo el día, van y vienen camiones recolectores de la Intendencia de Montevideo y de empresas privadas que se encargan de volcar la basura de la cuidad, proveniente de domicilios particulares, comercios, industrias, vía pública (poda, barrido de calles), instituciones públicas y privadas, construcción, ferias, mercados, limpiezas de bocas de tormenta y demás. |
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Camión descargando residuos en la Usina Felipe Cardozo
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La basura genera contaminación por dos motivos: a través de los lixiviados -líquido color negro que desprende- y del gas metano que emana. Se producen aproximadamente 100.000 litros de lixiviados por día. Las fosas cuentan con una membrana impermeabilizante que lo retiene, pero hay gran parte del mismo que se filtra. Blengio informó que “el lixiviado es un debe que tiene la Intendencia de Montevideo”.
Uruguay en el mundo
Observemos ahora otras realidades en el ámbito internacional: Si comparamos nuestra situación con la de España por ejemplo, rápidamente notaremos la diferencia en sus calles, en la vida cotidiana de las personas, en las normas que los rigen, las sanciones, y el pensamiento colectivo de su sociedad que, por cierto, es muy diferente a la nuestra, a pesar de que es un país con alta contaminación debido a la gran proliferación de fábricas industriales, etc.
Allá el nivel de educación de las personas es mucho más elevado, se vive bajo normas más severas y nadie se alarma por ello, es asumido de manera normal. Se puede observar en cada esquina, diferentes tipos de contenedores destinados cada uno a distintas clases de desechos: orgánicos, papel, plástico, vidrio, etc. En los hogares todos –previamente- clasifican su basura y, cuando van por las calles caminando, nadie tira ningún envoltorio en el suelo, ni siquiera lo piensan: resultado de una buena educación y de una adecuada propaganda al respecto.-
Además, son tantas personas, que si vivieran como lamentablemente lo hacemos en nuestro país, se transformaría en un verdadero caos. En España se puede observar cómo las normas se cumplen y se sancionan.
Un uruguayo en ese país, si no está bien informado antes de salir a hacer de las suyas, puede terminar con una larga lista de multas o advertencias, las cuales aquí nadie notaría y –en su gran mayoría- omitiría cumplirlas. El caso contrario es de un español en Uruguay, de no ser por Carrasco, Punta Gorda, y algún otro barrio “fifí”, o el Centro y Ciudad Vieja, no creo que se vayan muy animados con la idea de volver a visitarnos, o al menos no sería un panorama muy agradable, más allá y sin dejar de reconocer, el inmenso potencial que ostentamos en materia turística y bellezas naturales (no sabemos hasta cuando).
Finalmente, deberíamos tomar un poco de conciencia, ya que el hecho de seguir así, no es nada favorable en ningún sentido, ni para nadie.
El hecho de que cada uno aporte lo suyo, no solucionaría el problema ambiental de la contaminación, ya que es un problema de fondo del propio sistema, difícil de solucionar, pero sí ayudaría a mejorar la situación y hacerla mucho más favorable.
· La contaminación no respeta fronteras
· Su control no puede ser individual
· Las normas comunes son indispensables
· El desarrollo económico favorece la protección del M.A.
· Las leyes en esta materia deberían adoptarse por unanimidad, pero en la práctica esto constituye un freno en el desarrollo de las políticas a favor del medio ambiente.-
Los notorios perjuicios del cambio climático que suelen verificarse en todos los lugares del mundo, exigen cada día más, redoblar las medidas para hacer frente a este calentamiento global, a través de medidas que impliquen una notoria reducción en la emisión de gases nocivos que provocan el tan temido efecto invernadero.-
Se está buscando un acuerdo internacional más comprometido y avanzado que el logrado en el Protocolo de Kyoto, con la esperanza de obtener resultados más concretos en beneficio de toda la Humanidad.-
…O REACCIONAMOS O LA QUEDAMOS!
